¿Has experimentado dolor de estómago, acidez o problemas en tu digestión últimamente? Aunque no lo creas, el estrés puede tener un gran papel en estos padecimientos.
Nuestras emociones están sumamente ligadas al sistema digestivo, tanto que existe comunicación constante entre el cerebro y el tracto digestivo, esta “amistad” tan cercana tiene consecuencias buenas y malas.
Entre las malas está el estrés ya que altera funciones gastrointestinales básicas como la permeabilidad, la motilidad, el flujo de sangre, las secreciones y hasta la microbiota (los microorganismos que viven dentro de tu tubo digestivo).
Por lo anterior es normal que si te estresas, te enojas o te sucede algo que te haga sentir incómod@, es muy probablemente que sufras de acidez, estreñimiento o hasta diarrea.
La buena noticia es que no eres el/la únic@ y que se puede evitar o mejorar la sintomatología si estamos conscientes de qué es lo que lo provoca.
El organismo libera cortisol, la hormona del estrés, cuando estamos en una situación complicada. El cerebro alerta a todo tu cuerpo de que algo puede salir mal y todo entra en un modo de ataque. Esta “defensa” constante hace que se debilite nuestro sistema inmune por lo que podemos tener problemas como inflamación de la barrera intestinal o disminución de las secreciones gástricas y de los movimientos peristálticos (el movimiento que hace tu intestino para degradar la comida). Estos síntomas pueden provocar enfermedades como gastritis, colitis o síndrome del intestino irritable, lo que a su vez, causa malestar y en muchos casos, baja la calidad de vida.
De igual forma, el estrés puede empeorar una condición gástrica que ya tenías. Por ejemplo, si sufres de gastritis y tienes un problema en el trabajo, probablemente ese día tengas mucho más acidez que de costumbre porque ese estado de alerta en tu cuerpo inflama la mucosa de tu estómago y genera todavía más ácido en donde no era necesario.
Lo importante aquí es darnos cuenta de qué está generando el estrés y tratar de resolverlo lo antes posible. Vivir con estos síntomas no es normal, por lo que es importante que estés alerta a qué situaciones lo desencadenan.
Durante estos días puedes ayudarle a tu sistema digestivo al consumir menos irritantes como picante o café. Sabemos que el café está asociado con la productividad en el trabajo, pero si estás teniendo síntomas digestivos, te recomendamos que te des un break de la cafeína y mejor tomes agua natural.
También puedes recurrir a meditaciones o ejercicios como el yoga porque promueven una respiración consciente, lo que le permitirá a tu cuerpo relajarse y salir del estado de alerta.
No olvides hablar con tu doctor/a de cabecera sobre estos síntomas, ell@s te darán tips para que puedas tener buenos hábitos y vivir mejor. ¡Nada es más importante que tu salud!