Cuando buscamos invertir nuestro dinero en algo, por supuesto nos vienen mil ideas a la cabeza mucho más atractivas y divertidas que comprar un seguro. Más si estamos sanos, en esos momentos jamás pensamos que nos puede pasar algo. Normal.
Lo irónico aquí es que es justo ese momento, cuando se tiene dinero y salud, cuando debes contratar un seguro adecuado a tus necesidades y momento por el simple hecho de evitarte un susto económico futuro, cuidar tus ahorros y tener la atención médica que necesites si lo llegas a necesitar. Porque uno nunca sabe…
Precisamente por eso estamos aquí, para explicarte qué es un seguro de salud y cuándo es mejor contratarlo.
En términos más formales, es un acuerdo entre una empresa —la aseguradora— para que ésta responda —al asegurado— por los costos relacionados a una situación determinada a cambio de un pago previo. Estas situaciones están previstas de acuerdo con el tipo de seguro contratado: contra accidentes, gastos médicos mayores, prevención o temas del estilo.
A diferencia del seguro de gastos médicos, el objetivo del seguro de salud no es responder a algún suceso como un accidente o enfermedad grave, al contrario, su intención es proteger el bienestar de las personas mediante la prevención, el tratamiento y la consulta oportuna de profesionales de la medicina.
Este tipo de seguro cubre consultas médicas, exámenes, estudios, pruebas, revisiones preventivas, rehabilitaciones y, en algunos casos, medicamentos para el tratamiento de enfermedades.
La principal razón es porque pueden aceptar tu solicitud con muchísima más facilidad, además de que no tendrías exclusiones y, por lo tanto, si desarrollas una enfermedad después de contratar, te cubrirán los gastos de la misma. Otro punto super importante es que, entre más sano, más bajo será el costo del seguro que compres.
Ya en términos más prácticos, contratar un seguro, el que sea, sirve para proteger tus finanzas personales y tus ahorros a cambio de un pago previo. Tú pagas una cuota para asegurarte que en caso de que te suceda algo, no tenga que asumir los costos totales o te salga mucho más barato.
Los seguros de salud no son la excepción. Tú contratas este seguro para que te ofrezca un acompañamiento con respecto a enfermedades típicas como gripa, malestar estomacal, dolor de cabeza o accidentes leves como torceduras, por ejemplo.
Así te puedes ahorrar:
Y, al mismo tiempo, tienes garantía de que la atención médica que recibas es de excelente calidad. Por lo tanto, al pagar una cuota mensual o anual, te solucionas los gastos médicos emergentes u “hormiga”.
Otros beneficios bastante útiles son:
Pero como todos, es importante que leas y evalúes las cláusulas y condiciones generales para saber absolutamente todo: qué cubre, qué no, periodos de espera, antigüedad, métodos de pago, convenios con médicos y hospitales y, en general, todos los servicios que incluye o no la cobertura.
En conclusión, aunque su popularidad no es la mejor, definitivamente es un producto que te puede servir mucho más en el día a día para solucionar cosas emergentes, mantenerte sano, prevenir enfermedades y despreocuparte por imprevistos en el futuro.