¿Irritabilidad? ¿Angustia? ¿Dolor de cabeza, pecho o estómago? Tod@s lo hemos experimentado alguna vez y en la mayoría de los casos, aunque usted no lo crea, son síntomas de estrés. Seguramente la primera vez que lo sentiste ni siquiera sabías qué era, pero poco a poco se fue convirtiendo en una constante y sus efectos en tu salud mental y física comenzaron a ser más evidentes y progresivos.
El estrés se ve diferente en cada persona pero en todos los casos es la respuesta de nuestro cuerpo ante una situación externa que produce preocupación o inestabilidad. Al sentirnos así constantemente impactamos nuestra salud y nos ponemos en riesgo. Este tipo de situaciones son mucho más frecuentes en un ambiente de trabajo u oficina, de acuerdo con la OMS, México es el país con más estrés laboral del mundo: el 46% de los trabajadores reportaron sentirse estresados durante el día, cuando no logran completar un objetivo, resolver un problema o se encuentran con una carga de trabajo que los rebasa.
Cuando nos sentimos estresad@s, podemos tener síntomas como ansiedad, dolor de cabeza, dolor en el pecho, insomnio, dolor muscular, fatiga y malestar estomacal. Esto sucede porque al estresarnos, el cuerpo libera hormonas como cortisol y adrenalina que hacen que entremos en estado de alerta y es cuando nuestra presión arterial sube, los músculos se tensan y el cerebro comienza a prepararse para cualquier escenario de peligro, uno que probablemente ni vaya a ocurrir. Estos impulsos, al no ser un estado normal del cuerpo, producen exceso de ácido en el estómago, tensión en los músculos, taquicardia y hasta debilitan nuestro sistema inmune. Sí, ese que está hecho para protegernos de enfermedades, virus y bacterias.
Lo más grave de esto es que las primeras señales se ven como algo pequeño, sin embargo, cada malestar físico afecta nuestro estado mental y termina por impactar también nuestro comportamiento y estilo de vida. ¿Qué tanto? Conforme aumenta el estrés, puede desencadenar padecimientos tan graves como diabetes, depresión y enfermedades del corazón.
De acuerdo con información de la Clínica Mayo, si tienes dolor de cabeza o problemas estomacales recurrentes, tu estado de ánimo se verá impactado por la ansiedad y probablemente tengas comportamientos dañinos para tu salud como comer en exceso, no alimentarte bien o llevar una vida sedentaria, lo que a la larga te podría generar padecimientos como acné, gastritis y síndrome del colon irritable, cambios en el ciclo menstrual y hasta úlceras gástricas.
Si tienes tensión muscular, dolor en el pecho y fatiga muy seguido combinados con frustración y exceso de preocupación, eventualmente podrían provocar depresión, enfermedades del corazón y hasta cáncer. Lo preocupante es que si no regulamos el estrés y se vuelve rutina, el panorama se vuelve aún más complicado.
Imagina que el estrés nos hace liberar tanto cortisol que a veces puede suprimir los efectos de nuestro sistema inmune, haciéndonos un blanco más fácil para bacterias y virus. Ese es el caso del herpes zóster, una de las enfermedades virales más asociadas al estrés.
¿Alguna vez tuviste varicela? Si contestaste que sí te tenemos una noticia no tan grata porque el virus, aunque ya nos hayamos curado, se queda en nuestro tejido nervioso, cerca de la médula espinal, y aunque normalmente es inofensivo, se activa cuando sentimos demasiado estrés. Pero no te alarmes, el herpes zóster no pone en riesgo tu vida aunque tampoco sería una experiencia agradable que se activara. Este virus hace que aparezcan unas ampollas extremadamente dolorosas en casi cualquier parte del cuerpo, sin embargo es más común que aparezcan en línea del lado derecho o izquierdo del torso. Además de ser muy doloroso, la enfermedad también puede causar fatiga, malestar general y fiebre.
Desafortunadamente no es la única enfermedad del sistema inmune asociada con estrés, puede ser desde una gripa, infecciones recurrentes o, en casos graves, hasta parálisis facial. Lejos de asustarte, queremos hacer conciencia del efecto del estrés en nuestras vidas y que para evitarlo es necesario contar con una atención médica constante, para monitorear tus síntomas y evitar enfermedades graves en el futuro.
Nuestro cuerpo y nuestra mente están hechos para enfrentar situaciones que nos producen incomodidad y preocupación dado que es imposible evitarlas por completo, el problema ocurre cuando nuestra rutina y salud laboral giran en torno al estrés. Por eso es muy importante que hagamos conciencia sobre la salud física y mental en el trabajo para que no impacte negativamente nuestra vida.
Te damos algunos tips para lograrlo:
A estas alturas del partido, debemos dejar de normalizar vivir con estrés agudo y sobre todo sufrirlo, es momento de aprender a atenderlo y tomar medidas que nos ayuden a cuidar nuestra salud mental, emocional y por lo tanto la física. Siempre hay alternativas para tener una mejor calidad de vida y que todo logre ser un balance.
Fuentes: