El contrato por honorarios se ha vuelto una pieza clave del mercado laboral joven mexicano. Cada vez más empresas, desde startups hasta organizaciones consolidadas, incorporan esquemas de trabajo por honorarios para proyectos especializados, consultoría o actividades que requieren perfiles especializados.
Al mismo tiempo, miles de profesionales independientes prefieren este modelo por la flexibilidad, la autonomía y el control sobre sus ingresos. Pero aunque el pago por honorarios es común, no siempre se entiende bien cómo funciona, qué derechos genera, cuáles son las obligaciones fiscales o qué diferencia este esquema de un contrato laboral tradicional.
Esta guía está diseñada justo para eso: ayudarte a comprender qué implica un contrato por honorarios, cómo se gestiona correctamente y qué aspectos debes cuidar tanto si contratas como si eres prestador de servicios. Además, integra temas clave que suelen cruzarse con este modelo, como las obligaciones laborales, la Ley Federal del Trabajo, la NOM-035, los derechos y obligaciones laborales, la prima vacacional y la importancia de mantener documentación formal como el expediente del trabajador o la constancia laboral.
Un contrato por honorarios es un acuerdo civil o mercantil en el que una persona (prestador de servicios) se compromete a realizar un trabajo o proyecto a cambio de un pago, sin establecer una relación laboral subordinada.
La clave está en eso: no existe subordinación. La persona contratada no forma parte de la nómina, no recibe prestaciones de ley, ni está sujeta a horarios, reglamentos internos o jerarquías propias de una relación patrón-trabajador. Por eso, temas como prestaciones, IMSS, prima vacacional o aportaciones de seguridad social funcionan distinto o simplemente no aplican.
Este tipo de contrato suele utilizarse para:
• Servicios profesionales (diseño, consultoría, contabilidad, gestión de proyectos).
• Proyectos con una duración definida.
• Actividades especializadas por tiempo limitado.
• Colaboraciones independientes con autonomía operativa.
A diferencia de un contrato laboral, el trabajo por honorarios se rige por el Código Civil y no por la Ley Federal del Trabajo (aunque esta última es fundamental para identificar cuándo existe realmente subordinación). Por ejemplo, si una empresa pide horarios, exclusividad o cumplimiento de políticas internas, podría convertirse en una relación laboral encubierta y activar derechos como aguinaldo, vacaciones o prima vacacional.
Por eso, entender claramente qué es un contrato por honorarios ayuda a evitar riesgos legales y a gestionar acuerdos de manera justa para ambas partes.
Estas son las características esenciales de un contrato por honorarios y que lo diferencian de un contrato laboral tradicional:
La persona contratada tiene libertad para decidir cómo, cuándo y con qué herramientas realiza el trabajo. Esto también implica que debe administrar su propia seguridad social, sus pagos y sus obligaciones fiscales, algo que se conecta con temas como aportaciones de seguridad social y la correcta gestión de impuestos.
El contrato por honorarios no otorga prestaciones como aguinaldo, vacaciones, prima vacacional o seguridad social. Sin embargo, algunas empresas están sumando beneficios voluntarios para hacer más competitivos sus esquemas híbridos de talento independiente.
Aquí cobra relevancia entender temas como tipos de remuneración laboral y cómo ciertas compensaciones pueden fortalecer la experiencia del colaborador aunque no haya relación laboral formal.
El prestador debe emitir una factura por los servicios prestados, cumplir con declaraciones y retenciones fiscales, y mantener orden en su documentación. Esto está totalmente relacionado con el cumplimiento fiscal que se describe en las obligaciones del contrato.
Puede ser un contrato por proyecto, por un número de entregables o por un tiempo específico. No requiere rescisión laboral porque no existe relación subordinada.
Estas características permiten a las empresas integrar talento especializado con mayor agilidad y, al mismo tiempo, permiten al profesional mantener control sobre sus ingresos, carga laboral y cartera de clientes; él administra todo esto.
Aunque no hay subordinación, el contrato por honorarios sí genera derechos y obligaciones para ambas partes. La claridad en este punto evita conflictos, especialmente cuando se cruzan áreas como derechos y obligaciones laborales, constancia laboral, expediente del trabajador o temas fiscales.
• Emitir facturas por los servicios realizados conforme a las normas fiscales.
• Responder por la calidad del trabajo y cumplir con los entregables en tiempo y forma.
• Gestionar su propia seguridad social y obligaciones tributarias.
• Mantener actualizada su información para facilitar documentación como una constancia laboral cuando se solicite.
• Pagar puntualmente los honorarios según lo pactado.
• Realizar las retenciones de ISR que correspondan e informar al prestador.
• Establecer claramente las condiciones del acuerdo, los entregables y la temporalidad.
• Mantener registro formal del servicio dentro del expediente del trabajador o expediente de proveedor independiente, según sea el caso.
• Recibir el pago completo de sus honorarios.
• Obtener información clara sobre alcances, tiempos y responsabilidades.
• Negociar modificaciones en caso de cambios sustanciales en el proyecto.
Hoy muchas empresas también buscan que quienes trabajan por honorarios tengan una experiencia más equitativa dentro del equipo. Por eso, algunas organizaciones integran beneficios de salud corporativa como los que ofrece Sofía para incluir a colaboradores externos en programas de bienestar. Esto ayuda a crear relaciones más estables, mejorar la retención de talento y fortalecer la cultura interna sin importar el esquema de contratación.
Este modelo aporta beneficios tanto para empresas como para profesionales. Entre los más importantes:
El profesional puede elegir horarios, proyectos y la forma de trabajar. Para las empresas, esto permite sumar talento que opera de manera independiente sin modificar estructuras internas.
El prestador define tarifas, alcance y condiciones. Puede escalar su actividad sumando clientes, algo que es clave para quienes buscan diversificación.
No existe exclusividad a menos que se pacte. Esto fomenta la independencia económica y reduce riesgos financieros.
La flexibilidad permite equilibrar cargas laborales y personales. Esto puede aprovechar los programas de bienestar o estrategias de salud corporativa que algunas empresas pueden ofrecer incluso a colaboradores por honorarios.
Para evitar riesgos legales, fiscales o administrativos, es necesario gestionar correctamente este tipo de contrato. Estos son los pasos esenciales:
Debe incluir:
• Servicios y entregables.
• Monto y forma de pago.
• Plazos.
• Propiedad intelectual.
• Confidencialidad.
• Reglas de terminación del acuerdo.
Un contrato bien redactado reduce disputas y aporta transparencia desde el inicio.
El prestador debe emitir CFDI conforme al SAT. La empresa debe validar datos y retenciones.
El prestador es responsable de las declaraciones mensuales y anuales. La empresa debe retener ISR cuando aplique y documentar los pagos.
Aquí es importante que ambos comprendan sus responsabilidades para evitar problemas en revisiones o discrepancias fiscales.
Tanto el contratante como el prestador deben mantener:
• Facturas.
• Recibos de pago.
• Contratos vigentes.
• Acuerdos modificatorios.
Esto también forma parte del cumplimiento administrativo, igual que sucede con la documentación laboral formal como la constancia laboral o los archivos contemplados en el expediente del trabajador.
Cerramos con un punto que cada vez más empresas están adoptando: brindar beneficios de salud corporativa a colaboradores contratados por honorarios.
Aunque no exista una relación laboral formal, ofrecer bienestar físico y mental se ha convertido en una estrategia clave para mejorar la retención, atraer talento especializado y fortalecer la experiencia del colaborador. Este enfoque también se alinea con buenas prácticas recomendadas en temas como productividad, NOM-035, salud laboral y gestión humana.
Sofía permite a las empresas extender beneficios de salud a todo tipo de colaboradores, incluidos quienes trabajan bajo contrato por honorarios, creando un entorno más equitativo, seguro y alineado con las nuevas formas de trabajo.
